Dieta mediterránea: ¿cuál es su uso y esencia?

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El término "dieta mediterránea" se acuñó a mediados del siglo XX. Este término no es una dieta en el sentido convencional de la palabra. Esta expresión hace referencia a la forma tradicional de comer seguida por las personas que viven en el Mediterráneo.

En la dieta de la población de esta región, tradicionalmente hay una gran cantidad de verduras, hierbas y frutas, pescado y mariscos, se utiliza activamente el consumo moderado de carne y aves, quesos, productos lácteos, vino y aceite de oliva.

Una dieta rica en aceite de oliva y verduras crudas se ha relacionado con una menor mortalidad.

La dieta mediterránea previene el acortamiento de los telómeros, los extremos de los cromosomas responsables de la duración de la vida.

Dieta mediterránea: ¿cuál es su uso y esencia?

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La dieta mediterránea se ha relacionado con un menor riesgo de diabetes, enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares y cáncer.

Seguir la dieta mediterránea puede retrasar significativamente el envejecimiento. Te permite reducir el nivel de proteína C reactiva, uno de los principales marcadores inflamatorios asociados al proceso de envejecimiento. Otro efecto positivo de esta dieta está asociado con la ralentización de la pérdida ósea y el desarrollo de la osteoporosis.

La baja incidencia de enfermedades cardiovasculares y cáncer entre la población de la región mediterránea, asociada a los hábitos alimentarios, se descubrió en la década de 1950.

Dieta mediterránea: ¿cuál es su uso y esencia?

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Una característica distintiva de la dieta mediterránea es una gran cantidad de frutas, verduras, legumbres, hierbas, nueces, pescado y mariscos consumidos. Pero la principal característica culinaria distintiva es el uso regular del aceite de oliva.

El aceite de oliva tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias debido a su contenido en ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y monoinsaturados omega 9 (ácido oleico) y compuestos fenólicos.

En países como España, Grecia e Italia, donde el aceite de oliva es la principal fuente de grasa en la cocina, la incidencia de cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas es menor que en los países nórdicos.

Una dieta mediterránea rica en aceite de oliva mejora los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, como el perfil de lípidos en sangre, la presión arterial, el metabolismo de la glucosa y las propiedades antitrombóticas en sangre.

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El efecto protector del aceite de oliva puede ser más importante en las primeras décadas de vida. Se sugiere que el consumo de aceite de oliva se inicie antes de la pubertad y se continúe durante toda la vida.

La dieta mediterránea es un modelo de alimentación saludable, ya que la experiencia histórica de las tradiciones culinarias mediterráneas está asociada a la buena salud de la población que vive en esta región.