Parecería que los beneficios para la salud de los deportes activos son innegables. Sin embargo, los científicos estadounidenses advierten que antes de comenzar las clases, los representantes de la mitad fuerte de la humanidad deben pensar detenidamente. Como resultado de la investigación, se descubrió que el ejercicio de resistencia regular puede ayudar a reducir el contenido de la hormona sexual masculina en el cuerpo testosterona.

Deporte y potencia

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Según científicos estadounidenses, el nivel de esta hormona en hombres que entrenan intensamente es solo alrededor del 60-85% del nivel de testosterona en aquellos que prefieren el ejercicio moderado. Según los resultados de una serie de estudios, los deportes activos pueden afectar negativamente la fertilidad de un hombre debido a una disminución en la producción de esperma. También se observa que la falta de testosterona en el cuerpo conduce a una disminución del deseo sexual.

Sin embargo, otros científicos -alemanes- también han identificado el lado positivo de la deficiencia de esta hormona. Resulta que la testosterona baja promueve la producción de lipoproteínas de alta densidad, el llamado colesterol "bueno", que protege las arterias coronarias de los depósitos de grasa que causan la obstrucción de los vasos sanguíneos y, en última instancia, los ataques cardíacos.

En la actualidad, se ha estudiado poco qué más (aparte de una disminución del deseo sexual) conduce a una disminución en el contenido de testosterona en el cuerpo masculino como resultado del ejercicio físico activo. Los estudios han demostrado, por ejemplo, que los corredores mantienen niveles bajos de esta hormona incluso durante el descanso. Es posible que esto sea un signo de "sobreentrenamiento". Todavía no hay datos exactos sobre cuánto tiempo tardan los niveles de testosterona en bajar en el cuerpo. Algunos científicos sugieren que de un mes a seis meses de deportes intensivos pueden ser suficientes para iniciar este proceso. Por ello, es recomendable que los hombres se planteen si continuar con la práctica deportiva activa o ser un poco más moderados.

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Entre los hombres que quieren tener una buena figura, los simuladores también son populares. Sin embargo, algunos de ellos deben ser tratados con precaución. Por ejemplo, si hablamos de bicicletas estáticas, entonces realmente dan cierta actividad física y, tal vez, pueden ayudar a perder peso hasta cierto punto. Pero hombres, antes de subirse a esta unidad, deberían pensar en esto. Al pedalear, no solo quemas calorías, sino que con todo tu peso considerable (y probablemente tengas mucho, ya que subiste al “caballo de hierro”), presionas tu lugar más tierno y desprotegido en la silla. Los científicos han calculado que una persona que pesa 80 kilogramos, pedaleando a una velocidad de 30 kilómetros por hora, presiona su escroto con una fuerza igual a 250 kilogramos. Como resultado, los vasos sanguíneos dejan de cumplir con sus funciones directas: suministrar sangre al lugar correcto. No está lejos de los fracasos en la cama.

También es interesante que no solo las bicicletas estáticas pueden conducir a la impotencia, sino también el ciclismo inepto. Los médicos estadounidenses llegaron a esta conclusión. Creen que apretar la silla de montar de los vasos sanguíneos puede conducir a un debilitamiento del poder masculino. Según el médico de Boston Idwin Goldstein, un ciclista también debe protegerse de lesiones. Calculó que en un "accidente" a una velocidad de 30 kilómetros por hora, un hombre de 70 kilogramos podría ser golpeado por un marco entre sus piernas con una fuerza de 250 kilogramos.

Y los científicos alemanes examinaron a más de mil ciclistas y concluyeron que los ciclistas a menudo desarrollan impotencia. Muchos ciclistas notan que con el uso frecuente de este transporte experimentan periódicamente una sensación de entumecimiento en el área genital, lo que indica una violación del suministro de sangre a los genitales, su desnutrición.

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En este sentido, los científicos aconsejan a los hombres que aman andar en bicicleta que no solo elijan un asiento cómodo, sino que redistribuyan la carga en las piernas y anden en una sola pierna por un corto tiempo cada 10 minutos.

Todo lo anterior no significa en absoluto que para ser sexualmente activo, deba olvidarse de los deportes. Muy por el contrario, los estudios científicos demuestran que las personas que no practican deportes, llevan un estilo de vida sedentario, tienen más riesgo de caer en el rango de impotentes, tienen una incidencia mucho mayor de diversas enfermedades de los órganos pélvicos.

Los deportes y el ejercicio moderados, a diferencia de los deportes intensos o el sedentarismo, ayudan a mantener la actividad sexual en un nivel alto. ¡Lo principal es saber la medida!