Antioxidantes: mitos, hechos, recomendaciones

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Uno de los procesos fundamentales que garantizan la actividad vital del ser humano son las reacciones de oxidación. Estas reacciones químicas ocurren con la participación de grasas y carbohidratos que obtenemos de los alimentos, y el oxígeno que ingresa al cuerpo durante la respiración. El objetivo principal de estas reacciones es la producción de energía necesaria para mantener las funciones de todos los sistemas del cuerpo, desde la contracción muscular hasta la transmisión de impulsos nerviosos. Sin embargo, a pesar de su importancia vital, los procesos oxidativos van acompañados de la formación de productos secundarios potencialmente peligrosos: los radicales libres. Para neutralizar su efecto dañino, necesitamos sustancias especiales: los antioxidantes.

 

El papel de los antioxidantes: protección celular a nivel molecular

Los radicales libres son moléculas o átomos cuya capa electrónica externa contiene un electrón no apareado. Esto los hace extremadamente reactivos: tienden a sustraer el electrón faltante de otras moléculas, lo que desencadena una reacción en cadena que daña las estructuras celulares. Este proceso puede conducir a la ruptura de las membranas celulares, el daño del ADN y las proteínas, lo que en última instancia contribuye al desarrollo de diversas enfermedades, incluidas patologías oncológicas, cardiovasculares y el envejecimiento acelerado del organismo.

El cuerpo posee mecanismos propios para protegerse del exceso de acumulación de radicales libres. Este papel lo desempeñan los antioxidantes: sustancias capaces de neutralizar los radicales libres cediéndoles su electrón sin volverse ellos mismos radicales. Los antioxidantes naturales incluyen ciertas enzimas (como la superóxido dismutasa y la catalasa) y hormonas que se sintetizan continuamente en el cuerpo.

Sin embargo, bajo la influencia de diversos factores internos y externos, los niveles de antioxidantes naturales pueden disminuir. Estos factores incluyen enfermedades crónicas, infecciones, vivir en áreas ambientalmente desfavorables, exposición a la radiación ultravioleta, estrés, tabaquismo, consumo de alcohol, mala alimentación e incluso el ejercicio físico intenso. En tales casos, el cuerpo necesita más antioxidantes que pueden obtenerse de fuentes externas, principalmente a través de la dieta.

Antioxidantes: mitos, hechos, recomendaciones

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Mitos comunes sobre los antioxidantes

A pesar del creciente interés en los antioxidantes, hay muchos conceptos erróneos en torno a ellos, a menudo respaldados por estrategias de marketing de fabricantes de suplementos dietéticos (BAA) y productos cosméticos. Veamos los mitos más comunes y tratemos de aclararlos.

 

Mito 1: Solo se puede obtener una cantidad suficiente de antioxidantes tomando suplementos

Con una dieta equilibrada y variada, el cuerpo recibe la cantidad necesaria de antioxidantes de productos naturales. Frutas, verduras, bayas, nueces, cereales y legumbres son ricos en diversos antioxidantes como la vitamina C, vitamina E, carotenoides, flavonoides y polifenoles.

Los especialistas médicos recomiendan recurrir a los suplementos solo en casos donde la ingesta natural de antioxidantes sea insuficiente, como en ciertas enfermedades o condiciones.

 

Mito 2: Los antioxidantes sintéticos son tan efectivos como los naturales

Los antioxidantes sintéticos creados en laboratorios a menudo no poseen toda la actividad biológica de sus análogos naturales. Los antioxidantes naturales presentes en los alimentos existen en combinación con otras sustancias biológicamente activas que pueden potenciar su efecto. Además, algunas investigaciones indican que un consumo excesivo de antioxidantes sintéticos puede tener consecuencias negativas para la salud.

 

Mito 3: Los productos cosméticos con antioxidantes pueden rejuvenecer la piel

Si bien los antioxidantes en productos cosméticos pueden proteger la piel del daño por radicales libres y reducir los signos de envejecimiento por fotoexposición, no pueden revertir los procesos naturales de envejecimiento. Las cremas y sueros con antioxidantes pueden mejorar el estado de la piel proporcionando hidratación y protección contra factores dañinos del medio ambiente, pero no se debe esperar un rejuvenecimiento milagroso.

 

Mito 4: Los monoproductos con un solo tipo de antioxidante son suficientemente efectivos

La eficacia de los antioxidantes depende en gran medida de su interacción entre sí. En la naturaleza, los antioxidantes trabajan en sinergia, potenciando el efecto protector general. Por ejemplo, la vitamina E se regenera bajo la acción de la vitamina C. Por lo tanto, el consumo de productos que contienen solo un tipo de antioxidante puede no proporcionar el efecto esperado.

 

Mito 5: Los alimentos comunes carecen de antioxidantes

Muchos alimentos accesibles son fuentes ricas en antioxidantes. Por ejemplo, bayas (arándanos, frambuesas, arándanos rojos), chocolate oscuro con alto contenido de cacao, té verde, vino tinto en cantidades moderadas, verduras de colores brillantes (remolacha, zanahorias, espinacas) y especias (cúrcuma, canela) contienen cantidades significativas de compuestos antioxidantes.

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Beneficios de los radicales libres y equilibrio en el organismo

Es importante entender que los radicales libres no son un mal absoluto. Juegan un papel importante en el organismo, participando en reacciones inmunológicas, ayudando a destruir microorganismos patógenos y células dañadas. Los problemas surgen cuando se altera el equilibrio entre la formación de radicales libres y la defensa antioxidante: una condición conocida como estrés oxidativo.

 

Hechos interesantes sobre los antioxidantes

  1. El vino tinto y la paradoja francesa: El consumo moderado de vino tinto se asocia con una baja prevalencia de enfermedades cardiovasculares en Francia, a pesar de una dieta rica en grasas. Esto se debe al contenido de resveratrol, un potente antioxidante, presente en el vino.
  2. Chocolate negro: El chocolate negro de alta calidad contiene flavonoides que pueden mejorar la función vascular y reducir la presión arterial.
  3. Antocianinas en las bayas: Las bayas de color oscuro son ricas en antocianinas, que no solo tienen actividad antioxidante, sino que también pueden mejorar las funciones cognitivas y la memoria.
  4. Variedad de antioxidantes en la naturaleza: Existen muchos tipos de antioxidantes, incluidos las vitaminas (A, C, E), minerales (selenio, zinc), carotenoides (beta-caroteno, licopeno, luteína), polifenoles (resveratrol, flavonoides) y coenzimas (coenzima Q10). Cada uno de ellos tiene propiedades y funciones únicas en el organismo.
  5. Antioxidantes en especias y hierbas: Muchas especias y hierbas son fuentes poderosas de antioxidantes. Por ejemplo, la cúrcuma contiene curcumina, que posee fuertes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. El orégano, el romero, el clavo y la canela también son ricos en antioxidantes.
  6. Té matcha: un concentrado de antioxidantes: El té matcha japonés contiene varias veces más antioxidantes que el té verde común. Esto se debe a que al consumir matcha se ingiere toda la hoja del té en polvo, y no solo la infusión. Más información en nuestro artículo «Matcha: el té verde más peculiar».
  7. Antioxidantes en el café: El café es una de las principales fuentes de antioxidantes en la dieta de muchas personas. Contiene polifenoles que pueden tener un efecto positivo en el metabolismo y reducir el riesgo de algunas enfermedades crónicas.
  8. El papel de los antioxidantes en el deporte: El ejercicio físico moderado aumenta la defensa antioxidante natural del cuerpo. Sin embargo, los entrenamientos intensos pueden incrementar la producción de radicales libres. Los deportistas deben consumir suficientes antioxidantes en su dieta para favorecer la recuperación y proteger los tejidos.
  9. El color de los alimentos y su contenido antioxidante: Los colores brillantes en frutas y verduras suelen indicar un alto contenido de ciertos antioxidantes. Por ejemplo, el color rojo de los tomates se debe al licopeno, mientras que el color naranja de las zanahorias es por el beta-caroteno. Más información en nuestro artículo «¿Qué significa el color de las frutas y verduras?».
  10. Aguacate: una fruta antioxidante única: El aguacate contiene glutatión, uno de los antioxidantes más potentes, que protege las células del daño oxidativo y apoya la función hepática.

 

Consejos para mantener un nivel óptimo de antioxidantes

Para asegurar que el organismo reciba suficientes antioxidantes y mantener el equilibrio, siga estas recomendaciones:

  • Incluya en su dieta una variedad de frutas y verduras, especialmente aquellas de colores brillantes, ya que son indicadoras de un alto contenido antioxidante.
  • Consuma productos integrales: los cereales y legumbres contienen no solo antioxidantes, sino también fibra dietética beneficiosa para la digestión.
  • Experimente con especias: añada cúrcuma, jengibre, canela y otras especias que mejoran el sabor de los platos y aumentan su valor antioxidante.
  • Limite los hábitos perjudiciales: abandone el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, ya que aumentan los niveles de radicales libres y agotan las reservas antioxidantes del organismo.
  • Beba bebidas de calidad: reemplace los refrescos azucarados por té verde, matcha o jugos naturales recién exprimidos.
  • Consuma vino tinto y chocolate negro con moderación: en pequeñas cantidades, estos productos son beneficiosos gracias a su contenido de polifenoles.
  • Preste atención a los frutos secos y semillas: las almendras, nueces, semillas de chía y de lino son ricas en antioxidantes y grasas saludables.
  • Mantenga una actividad física moderada: la actividad física regular fortalece el sistema antioxidante, pero evite los excesos que puedan tener un efecto negativo.
  • Gestione el estrés: practique técnicas de relajación como la meditación, el yoga o paseos por la naturaleza para reducir el impacto del estrés crónico, que contribuye al estrés oxidativo.
  • Proteja su piel de los rayos ultravioleta: utilice protectores solares y ropa adecuada para reducir el daño causado por los rayos UV.

 

Los radicales libres y los antioxidantes son parte esencial de los procesos bioquímicos del organismo. Lo más importante es mantener un equilibrio entre ellos. En ausencia de enfermedades graves y siguiendo un estilo de vida saludable, el cuerpo regula este equilibrio por sí mismo. Consumir alimentos variados y ricos en antioxidantes, evitar hábitos perjudiciales y reducir el estrés contribuirá a preservar la salud y prolongar la juventud.

Antes de tomar suplementos dietéticos con antioxidantes, es necesario consultar a un médico. El consumo descontrolado de estos productos puede llevar a un exceso de antioxidantes, lo cual también es perjudicial para el organismo y puede alterar procesos naturales, incluidas las reacciones inmunológicas.

Recuerde que la salud es el resultado de un enfoque integral que incluye una alimentación adecuada, actividad física, bienestar psicológico y seguimiento médico regular.

 

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