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Mucha gente, especialmente los jóvenes, considera que fumar narguile es una diversión inofensiva. A primera vista, fumar narguile parece inofensivo: el humo pasa a través del agua, donde se supone que se disuelven todas las sustancias nocivas.
En la sociedad existe una opinión generalizada de que el narguile no daña la salud, o su daño es insignificante y no comparable con el daño del consumo de cigarrillos. Lo más probable es que esta opinión errónea sea el punto de partida para decidir probar el narguile y continuar fumándolo en el futuro.
Esta perspectiva se menciona en el estudio «Percepción de los jóvenes adultos sobre varios productos de tabaco en comparación con los cigarrillos: resultados de una encuesta nacional de salud juvenil». La cita traducida dice:
«...Los jóvenes consideran que los cigarrillos convencionales son más riesgosos, mientras que los cigarrillos electrónicos y el narguile son menos riesgosos...»
Aunque la opinión pública es más indulgente con el uso del narguile que con fumar cigarrillos, sin embargo, fumar narguile, al igual que otras formas de consumo de tabaco, genera adicción y dependencia. Las investigaciones muestran que muchas personas que comienzan a fumar narguile, posteriormente pasan a los cigarrillos.
En el estudio «El consumo de narguile: una alternativa popular a los cigarrillos» se dice:
«Fumar narguile se ha convertido en una alternativa popular al consumo de cigarrillos, especialmente entre los jóvenes adultos. La creencia de que fumar narguile es menos dañino que fumar cigarrillos, aunque no es cierta, abre la perspectiva para su uso generalizado. La mezcla de tabaco para narguile es una sustancia potente que provoca adicción, dando niveles más altos de monóxido de carbono que un cigarrillo, y también contiene muchos carcinógenos similares a los que se encuentran en el humo del cigarrillo. El humo del narguile presenta los mismos riesgos relacionados con el tabaquismo pasivo que el humo del cigarrillo. Fumar narguile en grupo aumenta el riesgo de transmisión de infecciones. El paso del uso compartido del narguile al consumo individual es un paso importante hacia la adicción a la nicotina y el cambio a los cigarrillos».
En realidad, fumar narguile no es una alternativa inofensiva a los cigarrillos, y sus consecuencias están relacionadas con varias patologías. Un fumador de narguile inhala alrededor de 180 mg de monóxido de carbono en una sesión de fumado, mientras que al fumar un cigarrillo esta cifra es de aproximadamente 12 mg.
Una sesión de fumar narguile generalmente dura entre media hora y una hora y media. Durante este tiempo, el fumador de narguile inhala un volumen de humo equivalente al humo de más de cinco paquetes de cigarrillos.
En varios países orientales donde el consumo de narguile es común (Irán, Pakistán, India, etc.) se han realizado estudios científicos para investigar el impacto de este hábito en la salud humana. Las observaciones muestran que el uso del narguile, al igual que el tabaquismo pasivo, es un factor de riesgo para muchas enfermedades, incluyendo varios tipos de cáncer, enfermedades pulmonares y cardiovasculares. En mujeres embarazadas, se altera el desarrollo del feto, lo que posteriormente conduce a diversas patologías en los recién nacidos.
El humo del narguile contiene componentes cancerígenos que contribuyen al desarrollo de enfermedades oncológicas.
Las investigaciones muestran niveles significativamente más altos de radicales libres en los fumadores de narguile en comparación con los fumadores comunes. Esto lleva a la inflamación y al daño de los órganos respiratorios. Así, la bronquitis crónica es más común entre los fumadores de narguile que entre los fumadores de cigarrillos.
La espirometría (estudio de la función respiratoria) en los fumadores de narguile muestra resultados significativamente peores en comparación con los no fumadores y sugiere que inhalar el humo del narguile puede ser un factor en el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva.
Normalmente, fumar narguile se realiza de forma colectiva. Los boquillas personales y desechables se utilizan muy raramente. Este uso colectivo del dispositivo de fumado crea un peligro de transmisión de varias infecciones a través de la saliva.
La presencia de humedad y la temperatura cómoda son favorables para el desarrollo de varios microorganismos. El agua en el dispositivo no siempre se cambia después de cada sesión de fumado, y la forma del narguile dificulta su limpieza.
Así, el narguile puede transmitir tuberculosis, herpes, Helicobacter pylori, hepatitis C y algunas otras infecciones virales y fúngicas.
El impacto dañino del narguile no se limita solo al fumador, sino que también afecta a los fumadores pasivos presentes en la habitación.
El humo del narguile, en comparación con el humo del cigarrillo, contiene 4 veces más hidrocarburos aromáticos policíclicos, 4 veces más aldehídos, 5 veces más partículas ultrafinas y 35 veces más monóxido de carbono, así como sustancias tóxicas como arsénico, plomo, etc.
Por lo tanto, fumar narguile no es una diversión inofensiva, sino una seria amenaza para la salud.
