Niños y mascotas: cómo garantizar la seguridad y la convivencia armoniosa

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Las mascotas han demostrado ser amigos leales y ayudantes en el desarrollo de los niños. No solo traen alegría y calidez al hogar, sino que también ayudan a los niños a aprender sobre responsabilidad, empatía e interacción con el mundo que los rodea.

Sin embargo, además de los beneficios, también existen riesgos: los padres pueden temer reacciones alérgicas, enfermedades, parásitos o lesiones. Veamos cómo minimizar estas amenazas y crear un ambiente cómodo para toda la familia.

 

¿Qué beneficios aportan las mascotas a los niños?

  1. Desarrollo emocional. Los niños aprenden a mostrar cuidado, afecto y paciencia al interactuar con una mascota. Esto les ayuda a comprender mejor los sentimientos de otros seres vivos y a desarrollar habilidades sociales más profundas.
  2. Actividad física. Pasear con un perro o jugar activamente con un gato fomenta la actividad física y fortalece el sistema inmunológico en los niños.
  3. Responsabilidad y disciplina. El cuidado de una mascota (alimentación, cepillado, limpieza) ayuda a desarrollar en los niños habilidades de organización y un enfoque serio hacia sus responsabilidades.
  4. Observación y curiosidad. Los niños tienen la oportunidad de observar los hábitos y comportamientos de las mascotas, lo que despierta su interés por la biología, la naturaleza y el mundo que los rodea.

A pesar de los beneficios evidentes, surge la cuestión de la seguridad. A continuación, abordaremos las amenazas más comunes y cómo prevenirlas.

 

1. Reacciones alérgicas y cómo evitarlas

Hechos principales sobre las alergias
  • Las alergias pueden ser causadas no solo por el pelo, sino también por el epitelio cutáneo, la saliva y la orina de los animales.
  • Incluso las razas de pelo corto no garantizan ser hipoalergénicas: a menudo, la alergia es provocada por proteínas presentes en la saliva y secreciones.
  • Los reptiles y los peces de acuario se consideran tradicionalmente los más seguros en términos de alergias, aunque el alimento para ellos también puede ser alergénico.
Qué hacer como padres
  1. No se apresure a separarse de su mascota. Si ya tiene un perro o un gato, no es necesario regalarlo inmediatamente al enterarse del embarazo o nacimiento del bebé. A veces, los niños crecen sin mostrar signos de alergia.
  2. Sea cauteloso al decidir adoptar una nueva mascota. Si sueña con un cachorro o un gatito, es mejor esperar hasta que el niño tenga al menos dos o tres años. A esa edad, será más independiente y podrá interactuar mejor con la mascota.
  3. Realice pruebas de alergia. Si los padres tienen razones para creer que el niño puede desarrollar alergias, es aconsejable realizar pruebas necesarias con antelación. Algunas clínicas incluso ofrecen la posibilidad de verificar la reacción a un gato o perro específico, aunque este servicio no está disponible en todos los lugares.
  4. Mantenga la limpieza en casa. Las limpiezas húmedas regulares, la ventilación y el uso de aspiradoras con filtro HEPA reducen la concentración de alérgenos. También se debe bañar y cepillar frecuentemente a la mascota (siguiendo las recomendaciones del veterinario y las características de la raza).

Para reducir la cantidad de alérgenos, trate de no permitir que la mascota entre en la habitación del niño. Establezca áreas específicas para el descanso y la alimentación del animal para evitar la acumulación de pelo y polvo donde el niño pasa mucho tiempo.

Bañando a un golden retriever

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2. Parásitos: pulgas, garrapatas y lombrices

Existe un concepto erróneo común de que todos los animales están inevitablemente infestados de parásitos y que no se pueden eliminar por completo. De hecho, los medicamentos veterinarios modernos y el cuidado adecuado permiten prevenir y controlar tales infecciones.

Tipos principales de parásitos
  • Pulgas. A menudo son portadoras de lombrices. Las pulgas pueden entrar en el hogar no solo desde el exterior, sino también a través de la ropa de los propietarios o de otros animales.
  • Lombrices (helmintos). Las larvas de los parásitos pueden estar presentes en el suelo, el pasto o la carne cruda. Los cachorros y gatitos son especialmente vulnerables a su efecto.
  • Garrapatas. Las garrapatas ixódidas están activas desde principios de primavera hasta finales de otoño y viven en la hierba y los arbustos. Los animales, especialmente los perros, pueden recoger garrapatas incluso durante paseos cortos por el patio.
Cómo proteger a la mascota y al niño
  1. Desparasitación regular. Para cachorros y gatitos existen medicamentos especiales que se administran a una edad temprana y se repiten según el cronograma. En animales adultos, la desparasitación generalmente se realiza cada tres meses.
  2. Tratamiento contra pulgas y garrapatas. Champús, collares, aerosoles y gotas: todos estos productos ayudan a proteger a la mascota por un período determinado. Es necesario renovar el tratamiento periódicamente según las recomendaciones del fabricante.
  3. Atención a los roedores pequeños. Los conejillos de indias, conejos y hámsters también son propensos a las pulgas y lombrices, por lo que necesitan medicamentos adecuados a su especie.
  4. Revisar el pelaje y la piel después de los paseos. Al regresar del exterior, revise a su perro o gato en busca de garrapatas, especialmente en el área del cuello, orejas, ingle y axilas.

En las tiendas de mascotas y clínicas veterinarias aparecen cada vez más generaciones nuevas de medicamentos que son convenientes de usar y protegen a la mascota de varios tipos de parásitos a la vez. Sin embargo, es mejor consultar con un veterinario antes de usarlos para evitar efectos secundarios.

Madre, niños y un perro caminando por el parque

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3. Enfermedades de los animales peligrosas para los humanos

La veterinaria y la medicina están estrechamente vinculadas, ya que muchos patógenos pueden transmitirse de animales a humanos. Sin embargo, es importante recordar que la vacunación regular de las mascotas y el cuidado adecuado reducen significativamente el riesgo de infección.

Rabia
  • Vacunación obligatoria: Todos los perros y gatos deben ser vacunados contra la rabia, ya que esta enfermedad mortal se transmite a los humanos a través de mordeduras o arañazos profundos.
  • Reacción ante una mordedura: Si un niño es mordido por un perro vacunado, la probabilidad de rabia es extremadamente baja. Si el animal no está vacunado, los veterinarios lo observan durante diez días.
  • Primeros auxilios: Lavar la zona de la mordedura con abundante agua y tratarla con un antiséptico. En caso de dudas, acudir al médico.
Leptospirosis
  • Vacunación: Los perros son vacunados contra la leptospirosis, ya que esta enfermedad puede transmitirse a los humanos.
  • Formas de transmisión: Los roedores, como ratones y ratas, son portadores de leptospirosis; los perros pueden infectarse al atrapar un roedor enfermo o al entrar en contacto con sus secreciones.
Toxoplasmosis, clamidiosis y salmonelosis
  • Toxoplasmosis: Es más común en gatos y puede ser peligrosa para mujeres embarazadas. Con una higiene adecuada y revisiones regulares, los riesgos son mínimos.
  • Clamidiosis: Se encuentra entre algunos tipos de aves y mamíferos, incluidos gatitos, cachorros y roedores.
  • Salmonelosis: Generalmente asociada a aves y reptiles, aunque también puede encontrarse en otras mascotas.
  • Prevención: Mantenga una buena higiene personal, lave las manos después de tocar a su mascota y realice análisis a tiempo si nota síntomas sospechosos en el animal.
Dermatomicosis (infecciones por hongos)
  • Transmisión: Algunos tipos de enfermedades fúngicas (como la tiña) pueden transmitirse de los animales a las personas, especialmente si el sistema inmunológico de la persona está debilitado.
  • Medidas preventivas: Mantener la limpieza, realizar revisiones regulares con el veterinario y tratar rápidamente cualquier cambio en la piel de la mascota.
Qué no se transmite a los humanos

La gripe felina y canina, así como el enteritis viral, son enfermedades peligrosas para los animales, pero no pueden contagiarse a las personas. De manera similar, los humanos no transmiten a sus mascotas infecciones respiratorias comunes o gripe.

Una niña besa a su perro mientras está sentada en el césped

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4. Lesiones y mordeduras: cómo evitar situaciones peligrosas

La forma más simple y efectiva de proteger a un niño de lesiones es nunca dejar al bebé y al animal sin supervisión. Incluso el animal más amigable puede causar daño accidentalmente si empuja al niño o interpreta incorrectamente sus acciones como una amenaza.

Reglas para la presentación y la interacción
  1. Presentación suave y gradual. Muestre al niño cómo acariciar y jugar correctamente con el animal. Explique que no debe tirar de las orejas, la cola o el pelo de la mascota.
  2. No molestar durante la comida o el sueño. Enseñe al niño a no quitar juguetes o comida del tazón del animal y a no molestarlo mientras duerme o come.
  3. Higiene y hábitos. Después de interactuar con el animal, es importante lavarse las manos, especialmente antes de comer.
  4. Peligro de animales ajenos. Enseñe al niño a no acariciar perros o gatos desconocidos sin el permiso del propietario, ya que estos animales pueden tener una reacción impredecible.
Control del comportamiento del animal
  • Medidas de seguridad: No permita que el perro o el gato suban a la carriola, la cuna o la alfombra de juegos del niño. Incluso en ausencia de agresión, un salto o un movimiento brusco puede ser peligroso para el bebé.
  • Adaptación al nuevo miembro de la familia: Demuestre al animal que la llegada del niño no significa la pérdida de atención por parte de los dueños. El período de adaptación será más tranquilo si la mascota recibe suficiente afecto y no se siente "exiliada".
Un niño pequeño y gatos descansan en una cama

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Responsabilidad de los padres y cuidado de la mascota

Los padres asumen dos tareas importantes: cuidar la salud del niño y garantizar el bienestar de la mascota. De la correcta organización de esta interacción depende la seguridad y el confort de toda la familia.

  1. Revisiones regulares con el veterinario. Las visitas programadas al especialista cada seis meses o un año permiten detectar enfermedades a tiempo, realizar vacunaciones y análisis necesarios.
  2. Cumplimiento del calendario de vacunación. Cada vacuna tiene un período de validez, por lo que es importante no omitir las revacunaciones.
  3. Alimentación adecuada. Una dieta equilibrada fortalece el sistema inmunológico del animal, haciéndolo menos vulnerable a infecciones y parásitos.
  4. Higiene personal. Los padres deben explicar a los niños la importancia de lavarse las manos después de interactuar con los animales y de no llevarse sus juguetes a la boca.
  5. Amor y atención. Dedique tiempo a la mascota, practique el entrenamiento y fomente la socialización. Un perro tranquilo y educado o un gato cariñoso representan un menor riesgo.

 

Las mascotas traen alegría, inculcan en los niños un sentido de compasión y responsabilidad, y desarrollan importantes habilidades sociales. Sin embargo, los padres deben recordar las principales reglas de seguridad y sentido común: vacunar a tiempo a las mascotas, cuidar de su salud, enseñar a los niños a interactuar correctamente con los animales y no dejarlos nunca sin supervisión.

Si se aborda la tenencia de mascotas de manera consciente y responsable, la interacción del niño con el animal se convertirá en una fuente de experiencias increíblemente positivas y establecerá las bases para la bondad y el respeto hacia el mundo natural.

 

Niños y animales

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