Qué hacer si un niño está maldiciendo

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Los padres a menudo se enfrentan a la situación en la que su hijo comienza a usar palabras groseras o incluso lenguaje inapropiado. Para una familia en la que estas expresiones no son la norma, esto puede ser un verdadero shock. Las primeras emociones son de sorpresa, indignación y preocupación. Muchos piensan que el niño ha sido influenciado negativamente por la calle, los compañeros o internet. ¿Pero es necesario alarmarse de inmediato?

Es importante entender que los niños, en el proceso de su desarrollo, exploran activamente el mundo que los rodea, incluyendo el lenguaje y las formas de comunicación. Pueden escuchar nuevas palabras en varios lugares: en la calle, en la escuela, de otros niños o incluso escuchar accidentalmente conversaciones de adultos. A menudo, el niño repite las palabras que ha escuchado sin entender su verdadero significado o su connotación emocional. Para él, son solo nuevos sonidos o formas de expresión que quiere aprender.

En esta situación, la reacción de los padres juega un papel clave. La forma en que los adultos respondan a la expresión inapropiada determinará cómo el niño percibirá estas palabras en el futuro. Si se es demasiado estricto o, por el contrario, se ignora la situación, esto puede tener consecuencias no deseadas. Por eso, es importante encontrar un equilibrio y elegir el enfoque correcto.

Existen varias opciones de cómo reaccionar ante ellas.

 

Opción 1

«¿De quién... (pausa, el padre hace un esfuerzo por elegir las palabras), sinvergüenza, aprendiste esa palabra?!!». Se investiga rigurosamente la fuente, y luego sigue la prohibición más estricta de hablar con esa persona, incluso si es un amigo del jardín de infancia.

Francamente, es una opción mala. Después de todo, no se puede poner al niño bajo una campana de cristal. Y no sería sorprendente si respondiera: «De ti...». ¿Y ahora qué?

 

Opción 2

«¡No quiero escuchar más esas palabras de ti!». Y para asegurarse, se añade un castigo.

Este es un enfoque común y, en cierto modo, efectivo. En presencia de los padres, el niño comienza a controlar su lenguaje. Pero cuando no están presentes, todo se repite.

 

Opción 3

A los niños, a diferencia de los adultos, les gusta cuando se les explica algo. Explica al pequeño malhablado por qué esas palabras son malas. Por ejemplo: «Todas estas palabras son groseras, desagradables, insultantes. Todas hablan sobre cómo la gente tiene hijos. Nosotros hicimos a nuestro hijo, es decir, a ti, con amor y ternura. ¿No nos parece agradable ahora escuchar groserías al respecto? ¿Y a ti, decirlas?».

Qué hacer si un niño está maldiciendo

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La tercera opción parece ser la más óptima en la crianza del niño y en la formación de una actitud adecuada hacia el lenguaje. Aunque este enfoque puede requerir más tiempo, paciencia y la habilidad de discutir temas complejos abiertamente por parte de los padres, produce los resultados más sostenibles. Al explicar al niño el significado de las palabras y su impacto en los demás, le ayudas a desarrollar su inteligencia emocional y habilidades sociales.

Recuerda que los niños aprenden observando a los adultos. Por lo tanto, es importante no solo explicar, sino también ser un ejemplo de comunicación respetuosa y cultural. Si el niño entiende que los temas relacionados con los sentimientos, las relaciones e incluso el tema del sexo pueden discutirse sin groserías y sin vergüenza, esto creará una base sólida para la confianza en la familia y la comunicación exitosa en el futuro.

Al final, la tarea de los padres no es solo detener el comportamiento indeseado, sino ayudar al niño a entender por qué ciertas palabras y expresiones pueden ser ofensivas o inapropiadas. Creando una atmósfera de apertura y comprensión, estás contribuyendo a que el niño desarrolle una actitud respetuosa hacia los demás y la capacidad de expresar adecuadamente sus pensamientos y emociones.