Conceptos erróneos inesperados sobre la radiación

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Generalmente se acepta que cualquier radiación es mortal. Las dosis grandes matan inmediatamente y las dosis pequeñas gradualmente, a medida que se acumulan. En cuanto a las grandes dosis, nadie discute con esto. Pero el hecho de que pequeñas dosis de radiación también sean dañinas es muy, muy dudoso. Echemos un vistazo a algunos hechos.

Los científicos japoneses notaron algo extraño que han estado observando a sus conciudadanos que sobrevivieron al bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki durante más de cincuenta años. Se suponía que aquellos que no entraran en la zona de radiación directa y recibieran una pequeña dosis de radiación también morirían. Sin embargo, resultó lo contrario: estas personas se volvieron aún más saludables. Resisten mejor las infecciones, padecen menos leucemia y cáncer de recto que el resto de la población del país. Esto permitió a los científicos japoneses afirmar que la mortalidad entre las personas que recibieron una pequeña dosis fue "anormalmente baja".

Se tomaron linfocitos de personas que sobrevivieron al bombardeo atómico de Japón y recibieron dosis insignificantes de radiación. Resultó que la radiación débil activó el sistema inmunológico. Curiosamente, los residentes de un área en China, donde el fondo radiactivo natural es el doble que en las áreas vecinas, también resultaron ser más inmunorresistentes que sus vecinos.

Los experimentos con ratones también dieron resultados curiosos: los animales que recibieron pequeñas dosis toleraron una radiación más fuerte con más facilidad que los ratones que recibieron solo una gran dosis. Estudios en ratas y ratones han demostrado que pequeñas dosis de radiación no suprimen el sistema inmunológico, como las grandes, sino que, por el contrario, lo activan.

Otro hecho que refuta el punto de vista generalmente aceptado es el descubrimiento de la estimulación del desarrollo de las plantas mediante la irradiación de semillas antes de la siembra. El científico francés Planel, el estadounidense Lucchi y el ruso Alexander Kuzin, en experimentos con las plantas y ratones más simples, demostraron que el nivel promedio de radiación natural no es más peligroso para todos los seres vivos que la gravedad o la presión atmosférica. Señalan que con dosis crecientes, surge y crece la estimulación de los procesos vitales, luego hay una amplia zona neutral, y solo entonces comienza el efecto dañino de la radiación. De hecho, esta es otra manifestación de una ley biológica general que se ha utilizado durante mucho tiempo en la homeopatía: el veneno en pequeñas dosis se convierte en medicina.

Conceptos erróneos inesperados sobre la radiación

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Los especialistas en una ciencia relativamente nueva, la radiobiología, señalan que un tipo de medicina gratuita para las personas es un aumento del fondo radiactivo natural en algunas áreas. Los científicos señalan que en aquellos países donde la radiación terrestre es más alta en comparación con países con condiciones sociales de vida similares, la esperanza de vida es más larga.

También es curioso que los radiólogos vivan entre 5 y 7 años más que los pacientes a los que intimidan. Mayor esperanza de vida respecto al resto de la población y entre los trabajadores de las centrales nucleares.

Todos estos hechos, así como numerosos estudios recientes, refutan la opinión de que pequeñas dosis de radiación son dañinas para los humanos.