
Las discusiones modernas sobre qué método de tratamiento térmico de los alimentos es el más beneficioso no han cesado durante muchos años. Al mismo tiempo, cada vez más personas descubren las ollas a presión: dispositivos que permiten cocinar alimentos rápidamente y conservar sus cualidades gustativas y nutritivas. Sin embargo, también existen escépticos que afirman que las altas temperaturas y la presión en estos aparatos pueden afectar negativamente a las vitaminas y otros compuestos útiles.
En esta reseña, analizaremos cuáles son los pros y los contras de cocinar alimentos bajo presión, basándonos en investigaciones científicas y experiencias prácticas.
Cómo funciona una olla a presión
Una olla a presión (o una multicocina con función de cocción a presión) es una cacerola hermética de paredes gruesas, en la que al calentar y evaporar una pequeña cantidad de líquido se crea una alta presión. Como resultado, el vapor dentro puede calentarse por encima de 100 °C, a menudo hasta 120–130 °C, y a veces más. En estas condiciones, los platos se cocinan mucho más rápido que con el método de ebullición convencional, ya que la temperatura más alta acelera el proceso de transferencia de calor.
Las ollas a presión modernas están equipadas con sistemas de seguridad: válvulas especiales liberan el exceso de presión, evitando el sobrecalentamiento y posibles situaciones de emergencia. Gracias a estas válvulas, cocinar en una olla a presión se ha vuelto cómodo y seguro: basta con seguir correctamente las instrucciones de uso.
Hecho interesante
La primera olla a presión (prototipo del autoclave moderno) fue inventada por el físico francés Denis Papin en el siglo XVII. Sin embargo, esta tecnología no se popularizó hasta el siglo XX, cuando la producción en masa hizo que los dispositivos fueran más accesibles para las cocinas domésticas.

Principales ventajas de cocinar en una olla a presión
Ahorro de tiempo y energía
Uno de los principales argumentos a favor de la olla a presión es la reducción del tiempo de cocción. La alta presión dentro del aparato eleva la temperatura de ebullición del agua, haciendo que los platos se cocinen mucho más rápido que con la cocción o el horneado tradicionales. La diferencia es especialmente notable al cocinar alimentos densos y difíciles de ablandar:
- Carne y aves: en algunos casos, el tiempo de cocción se reduce a la mitad o incluso a un tercio.
- Legumbres (frijoles, guisantes, garbanzos): con la cocción convencional requieren mucho tiempo, mientras que en la olla a presión todo el proceso puede durar solo 15–30 minutos (dependiendo del tipo específico y el remojo).
- Arroz y cereales se cocinan notablemente más rápido, lo cual es especialmente conveniente en la cocina diaria.
Además del tiempo, la olla a presión también ahorra recursos energéticos. El ciclo corto de tratamiento térmico implica un menor consumo de gas o electricidad. Esto no solo reduce sus facturas de servicios públicos, sino que también disminuye la huella de carbono, lo que puede ser importante para las personas que buscan un estilo de vida ecológicamente consciente.
Conservación de nutrientes
Los detractores de la cocción a presión a menudo afirman que las altas temperaturas y la presión supuestamente destruyen las vitaminas y compuestos útiles más rápido que la cocción tradicional. Sin embargo, las investigaciones muestran lo contrario: un tiempo de cocción más corto permite conservar mejor varios micronutrientes y vitaminas.
Según datos científicos, la alta presión combinada con un tiempo de cocción corto contribuyen a la mejor conservación de vitaminas como la vitamina C y el betacaroteno. En un estudio publicado en la base de datos PubMed, se demuestra que la presión y el ciclo comprimido de tratamiento térmico permiten retener una parte significativa de estas sustancias.
Además, los datos experimentales indican que las ollas a presión y los hornos microondas conservan de manera más eficaz los compuestos fenólicos y flavonoides en comparación con otros métodos de cocción.
Así, el argumento sobre la destrucción de vitaminas a alta presión queda refutado por estudios científicos: la rapidez de la cocción juega un papel más importante que la temperatura, siempre que el alimento no esté expuesto al calor durante demasiado tiempo.
Menor consumo de agua
Las ollas a presión requieren una cantidad mínima de líquido, ya que la cocción se realiza en un entorno de vapor saturado. Muchos alimentos pueden cocinarse literalmente con unas pocas cucharadas de agua, suficiente para llenar todo el volumen interior de la cacerola con vapor. Gracias a esto:
- Se conservan las vitaminas solubles en agua, ya que no se disuelven en grandes cantidades de agua.
- Se reduce el consumo general de agua y se disminuye su evaporación.
Cocción simultánea de diferentes alimentos
Una ventaja adicional al usar la olla a presión es la posibilidad de colocar varios alimentos que requieren diferentes tiempos de cocción, como carne y patatas. Bajo la presión, alcanzan la cocción casi al mismo tiempo, lo que simplifica el proceso de cocinado y ahorra recursos.
Con la cocción convencional, la carne debe añadirse mucho antes para asegurar un tratamiento térmico más largo, mientras que las verduras se agregan más tarde para evitar que se deshagan. En la olla a presión, este problema no existe.
Eliminación de microorganismos nocivos
A temperaturas superiores a 100 °C, la mayoría de las bacterias y microorganismos patógenos mueren rápidamente. Esto es especialmente importante para quienes se preocupan por la seguridad alimentaria, ya que la olla a presión proporciona un mayor grado de esterilización en comparación con la ebullición convencional.
Hecho interesante
Las ollas a presión se utilizan ampliamente en el ámbito médico bajo el nombre de “autoclaves” para esterilizar instrumentos y materiales. Por supuesto, esto no significa que una olla a presión doméstica sea idéntica a un autoclave médico, pero el principio de destrucción rápida de microbios bajo presión y temperatura elevadas es similar.

Posibles desventajas y limitaciones
Alto costo
Una buena olla a presión o multicocina con función de cocción a presión puede ser más cara que una cacerola convencional. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la inversión se amortiza gracias al ahorro de tiempo y energía. Además, en el mercado existen diversos modelos en un amplio rango de precios, desde opciones económicas hasta dispositivos caros y multifuncionales.
Imposibilidad de probar el plato durante la cocción
La cocción a presión requiere cerrar herméticamente la tapa. Si desea comprobar la cocción o ajustar el sabor del plato, tendrá que liberar la presión y abrir la tapa, interrumpiendo así el proceso de cocción. Esto puede ser inconveniente, especialmente para aquellos que disfrutan degustar la comida en cada etapa y ajustar gradualmente las especias y la sal.
No todos los alimentos son adecuados para la olla a presión
Algunos alimentos que aumentan mucho de volumen o producen espuma durante la cocción (como la pasta, los copos, los arándanos o la harina de avena) pueden obstruir las válvulas y dificultar la liberación del vapor. Estos alimentos pueden espumar o hincharse hasta tal punto que bloquean los mecanismos de liberación de presión, creando una situación potencialmente peligrosa. Por lo tanto, es necesario leer atentamente el manual de su olla a presión y seguir las recomendaciones sobre los alimentos.
Ausencia de la reacción de Maillard
La reacción de Maillard es el proceso mediante el cual las proteínas y los azúcares interactúan a altas temperaturas (normalmente por encima de 150–160 °C), creando una corteza dorada característica, así como sabor y aroma. En la olla a presión, la temperatura generalmente no alcanza estos valores, por lo que no se produce el efecto de fritura u horneado. Si desea dorar la carne o, por ejemplo, obtener una corteza dorada en el pan, es mejor utilizar una parrilla o el horno.
Datos adicionales sobre los beneficios y la seguridad
Reducción de toxinas alimentarias
Algunos tipos de toxinas, como las aflatoxinas (productos de la actividad de ciertos hongos mohosos), pueden destruirse parcialmente o reducirse en concentración al cocinar a presión. Los estudios han demostrado que este método de procesamiento reduce el contenido de aflatoxinas en un 12–22 %. Aunque la olla a presión no puede eliminar completamente todas las toxinas, ayuda a reducir su nivel, lo que mejora la seguridad de los alimentos.
Conservación de grasas insaturadas al cocinar carne
La fritura tradicional, especialmente en freidora, contribuye a la oxidación de las grasas insaturadas y a la formación de compuestos cancerígenos dañinos. Al cocinar carne bajo presión, la temperatura, aunque elevada (más de 100 °C), no alcanza los niveles en los que comienzan a formarse los cancerígenos típicos de la fritura. Como resultado, la carne conserva más ácidos grasos beneficiosos y, al mismo tiempo, se elimina de algunos componentes dañinos.
Conservación del sabor y el aroma
Debido a la construcción hermética de la olla a presión, el vapor no escapa al exterior, lo que permite conservar el aroma natural de los alimentos. Los platos a menudo resultan más intensos en sabor, en particular porque los jugos naturales de los alimentos prácticamente no se evaporan.

Recomendaciones prácticas para usar la olla a presión
- Siga las instrucciones del fabricante: preste siempre atención al volumen de líquido recomendado y los alimentos que se pueden o no cocinar a presión.
- No llene en exceso la olla a presión: generalmente se recomienda llenar la cacerola hasta un máximo de 2/3 de su capacidad, para dejar espacio para el vapor.
- Controle la presión: vigile las válvulas y libere el exceso de presión a tiempo si así lo indica la receta o las normas de seguridad.
- No abra la tapa de inmediato: deje que el aparato se enfríe y reduzca la presión automáticamente o utilice el método de liberación rápida de vapor prescrito (según el modelo).
- Experimente con las especias: dado que el proceso de cocción se acelera, es posible que deba ajustar un poco la cantidad de especias y sal para que el plato esté equilibrado en sabor.
- Preparación previa de los alimentos: si desea lograr un perfil de sabor más profundo, algunos alimentos pueden dorarse ligeramente (por ejemplo, cebolla o zanahoria) antes de agregarlos a la olla a presión y cerrar la tapa.
La olla a presión es un aparato de cocina eficaz y cómodo que permite ahorrar tiempo, conservar nutrientes y reducir el consumo de energía. Las altas temperaturas y la presión pueden causar preocupación, pero las investigaciones científicas modernas muestran que con un calentamiento breve, las vitaminas y otros elementos útiles se conservan incluso mejor que con la cocción tradicional prolongada.
Sin duda, las ollas a presión tienen algunas limitaciones: requieren seguir las normas de seguridad, tienen un costo más alto en comparación con las cacerolas convencionales y no permiten controlar completamente el sabor del plato durante la cocción. Sin embargo, todos estos factores se compensan con la rapidez y comodidad del proceso. Con un uso correcto y responsable, la olla a presión puede convertirse en un asistente indispensable en la cocina, combinando una cocción rápida con la conservación del sabor y el valor nutricional de los alimentos.
Si está dispuesto a experimentar y desea optimizar el proceso de cocción, vale la pena probar el método de cocción a presión y evaluar sus ventajas por sí mismo.