
Las zarigüeyas, siendo los únicos mamíferos marsupiales de América del Norte, han causado impresiones ambiguas en las personas desde hace mucho tiempo. Uno de los zoólogos más famosos del siglo XIX, el científico y viajero alemán Alfred Brehm, las describía como criaturas extremadamente desagradables, con una apariencia poco atractiva y un carácter apático. Incluso afirmaba que las zarigüeyas parecían terriblemente tontas y eran capaces de realizar una única reacción: sentarse inmóviles con la boca abierta.
Sin embargo, las observaciones e investigaciones modernas sobre el comportamiento de estos animales nos permiten ver a las zarigüeyas desde un punto de vista más objetivo y comprender que son mucho más complejas e interesantes de lo que podrían parecer a los grandes naturalistas del pasado.
La perspectiva de Brehm y su reevaluación
Alfred Brehm, al viajar por América, se encontró con zarigüeyas en condiciones en las que no se mostraban de la mejor manera. Observó su andar torpe, su tendencia a la somnolencia y el daño causado a las aves de corral.
De hecho, los agricultores a menudo encontraban a estos depredadores directamente en el gallinero después de ataques nocturnos, donde las zarigüeyas, habiendo bebido la sangre de las gallinas muertas y sin siquiera intentar huir, podían quedarse dormidas en el lugar del crimen. Tal imagen del animal, sin duda, causaba repulsión en los observadores.
Sin embargo, investigaciones posteriores mostraron que, en su hábitat natural, las zarigüeyas se comportan de manera mucho más ágil y no son tan tontas como podría parecer a primera vista. Son bastante hábiles trepando árboles y, siendo depredadores omnívoros, son capaces de rastrear y cazar con éxito a una gran variedad de animales, desde pequeños mamíferos y aves hasta insectos y ranas. En tierra, en una "superficie" inusual para ellas, las zarigüeyas realmente parecen lentas y torpes.
Peligro para las aves de corral y reputación de saqueadoras
Entre los agricultores, las zarigüeyas tienen mala fama. Estos animales realmente pueden causar daño a los hogares, ya que a menudo realizan incursiones en gallineros y patios.
A diferencia de otros depredadores, que preferirían llevarse la presa y huir, la zarigüeya organiza un verdadero "banquete" en el gallinero. Ataca a las gallinas, bebe su sangre y, a veces, permanece en el lugar, quedándose satisfecha junto a las aves muertas.
Un comportamiento tan impactante lógicamente provoca el deseo de deshacerse del animal: los agricultores, al encontrar a una zarigüeya en el lugar del crimen, a menudo intentan matarla. No obstante, muchas zarigüeyas evitan el castigo mostrando una reacción de defensa extremadamente curiosa.
Fingir estar muerta: el arte de hacerse la muerta
La característica de comportamiento más famosa de estos animales es el llamado "juego de zarigüeya", es decir, la capacidad de hacerse la muerta. Este truco incluso se convirtió en una expresión inglesa conocida, "to play possum", que significa "fingir" o "simular".
Al encontrarse con un depredador o un humano, la zarigüeya entra en un estado que recuerda a la inmovilidad: se queda inmóvil, con las patas extendidas, los ojos vidriosos y la boca entreabierta. A veces, sale espuma de su boca y las glándulas anales emiten un olor desagradable, completando la ilusión de un cuerpo muerto.
Es importante destacar que esta reacción tiene una naturaleza fisiológica y no es un acto completamente consciente. Más bien recuerda a un desmayo o catalepsia: el animal como si se desconectara, y su organismo automáticamente mantiene la apariencia de un cadáver. Cuando el peligro pasa, la zarigüeya de repente "revive" y escapa.
Es interesante que en zarigüeyas muy jóvenes esta capacidad puede manifestarse fuera de tiempo o no funcionar en absoluto. Las crías recién nacidas aún no tienen un sistema nervioso completamente desarrollado y no pueden "desconectarse" instantáneamente ante una amenaza, lo que las hace más vulnerables. Sin embargo, en los adultos, este truco a menudo resulta sorprendentemente efectivo contra muchos depredadores, desde lobos y coyotes hasta humanos.

Hábitat y estilo de vida
Las zarigüeyas están distribuidas en América del Norte, Central y del Sur, habitando diversos paisajes: desde bosques y manglares hasta selvas tropicales y áreas cubiertas de matorrales. Prefieren un estilo de vida solitario, casi nómada, tratando de permanecer en una zona mientras haya suficiente alimento y agua.
Por lo general, las zarigüeyas no construyen sus propios refugios, sino que se instalan en madrigueras ajenas, grietas en las rocas o bajo los suelos de las casas. No hacen grandes esfuerzos por acondicionar su vivienda temporal, prefiriendo lugares oscuros y seguros, y salen a cazar durante las horas nocturnas.
Además, algunas especies grandes de zarigüeyas poseen una sorprendente resistencia al veneno de serpientes crotalinas, como las serpientes de cascabel. Esto les permite cazar reptiles peligrosos y sobrevivir exitosamente donde otros mamíferos correrían un gran riesgo.
Omnívoros y beneficios para el ecosistema
Aunque las zarigüeyas a menudo se consideran depredadores, su dieta es mucho más amplia. Pueden alimentarse de bayas, frutas, insectos, carroña e incluso restos de alimentos, lo que las convierte en importantes "limpiadoras" de la naturaleza.
Numerosos estudios indican que las zarigüeyas consumen una gran cantidad de garrapatas, lo que reduce el riesgo de propagación de enfermedades transmitidas por estos parásitos.
Además, la baja temperatura corporal de la mayoría de las especies de zarigüeyas (para ser mamíferos) les otorga una mayor resistencia al virus de la rabia. Aunque no se puede descartar por completo el contagio, ocurre con mucha menos frecuencia en estos animales que en muchos otros que tienen contacto con humanos.
El increíble desarrollo de las crías
En la literatura científica, a menudo se encuentran descripciones románticas del nacimiento de las crías de zarigüeya, que supuestamente se desarrollan directamente en el marsupio materno. En realidad, en los marsupiales las crías nacen subdesarrolladas y diminutas, y solo después de nacer se arrastran hacia el marsupio para adherirse a los pezones de la madre.
Dato interesante
Las zarigüeyas pueden tener hasta 20 crías en una sola camada, y todas juntas pueden caber en una cuchara de té común.
La madre lame un camino en su vientre para facilitar el acceso de las crías al marsupio. Al llegar al pezón, las crías se adhieren firmemente para continuar su desarrollo durante las semanas siguientes, recibiendo alimento y protección. Cuando crecen, alrededor de los dos meses, comienzan a salir al exterior y, durante varias semanas más, viajan en la espalda de la madre, aferrándose a su pelaje.

Hechos curiosos sobre las zarigüeyas
- El origen del nombre. La palabra "zarigüeya" fue tomada de las lenguas de las tribus indígenas que vivían en el territorio de los actuales Estados Unidos. Proviene de la palabra apasum, que se puede traducir aproximadamente como "animal blanco" o "perro blanco".
- "Jugar a la zarigüeya" en diferentes culturas. La expresión "jugar a la zarigüeya" se ha convertido en un dicho en muchos países, especialmente en el mundo angloparlante, y se utiliza como metáfora de fingimiento o engaño en diversas situaciones, desde la política hasta el deporte.
- El valor adaptativo de la cola. Las zarigüeyas tienen una cola prensil que les ayuda a trepar árboles e incluso a llevar hierba y ramas para construir nidos temporales. Sin embargo, los adultos no pueden colgarse de la cola como se muestra a menudo en los dibujos animados: su masa corporal es demasiado grande para ello. No obstante, las crías pueden colgarse brevemente durante sus juegos.
- Esperanza de vida. En la naturaleza, la esperanza de vida promedio de una zarigüeya es de 1 a 2 años, pero en condiciones más seguras (por ejemplo, en zoológicos), pueden vivir hasta 4-6 años.
- La cantidad récord de dientes. La zarigüeya (en concreto, la zarigüeya de Virginia, la especie más conocida en América del Norte) tiene 50 dientes, más que cualquier otro mamífero terrestre del continente. Este conjunto está adaptado a su dieta omnívora y les ayuda a masticar tanto alimentos vegetales como animales.
- Recolectoras invaluables de garrapatas. Los estudios indican que una sola zarigüeya puede eliminar miles de garrapatas durante una temporada. Lamen su pelaje y comen parásitos, evitando así la propagación de enfermedades transmitidas por garrapatas (como la enfermedad de Lyme).
- Ingenio alimenticio. Estos animales pueden comer prácticamente cualquier alimento: desde huesos y huevos hasta frutas maduras, hongos e incluso basura. Algunas zarigüeyas urbanas a menudo revisan los contenedores de basura y, si tienen acceso al alimento de las mascotas, rápidamente "limpian" los platos.
Por lo tanto, las zarigüeyas no son criaturas simples o repelentes, como las describieron algunos investigadores del siglo XIX. Se adaptan exitosamente a una gran variedad de condiciones, muestran agilidad, resistencia y astucia en su lucha por la supervivencia.
Sí, estos animales pueden ser saqueadores nocturnos en las granjas y causar molestias a los agricultores, pero en los ecosistemas naturales desempeñan un papel importante regulando la población de insectos y pequeños roedores.
Su sorprendente capacidad de "jugar a la muerta" no solo dio origen a una expresión estable en el idioma inglés, sino que también ayudó a miles de zarigüeyas a evitar la muerte a manos de depredadores y humanos.
Al conocer estos hechos, podemos ver a las zarigüeyas desde una nueva perspectiva y apreciar su naturaleza interesante, aunque a veces contradictoria. Estos animales merecen un trato atento y cuidadoso, y su nicho evolutivo único en el mundo de los mamíferos los convierte en un excelente ejemplo de cuán diversa y sorprendente es la vida en nuestro planeta.
La zarigüeya se hace la muerta
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Hechos sobre las zarigüeyas que desmienten mitos
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