Introvertidos: 7 mitos comunes y su refutación

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El mundo moderno a menudo se basa en principios de comunicación activa y contactos constantes, ya sean negociaciones comerciales, eventos sociales o reuniones amistosas. El éxito profesional y personal de una persona depende en gran medida de su capacidad y disposición para interactuar con los demás. Se suele considerar que el ideal para este tipo de sociedad es un extrovertido, es decir, una persona sociable, abierta y que entabla contacto con facilidad, a veces incluso sin una razón especial.

Sin embargo, la realidad es diversa y no se reduce a un único comportamiento correcto. Existen muchas personas que se sienten más cómodas recurriendo a sus propias ideas y mundo emocional en lugar de buscar fuera. A estas personas se les conoce como introvertidos. No es que carezcan de habilidades para comunicarse o expresar emociones, sino que perciben la interacción social de manera diferente y establecen otras prioridades en sus contactos con el mundo exterior.

A pesar de que la idea de que las personas sean «puros» introvertidos o «puros» extrovertidos es rara en la realidad (la mayoría de nosotros combinamos ambas tendencias en diferentes proporciones), en la conciencia colectiva existen muchos estereotipos simplificados sobre los introvertidos. Estos estereotipos se basan en una percepción superficial de las características de la personalidad y pueden llevar a malentendidos, expectativas incorrectas o incluso a la discriminación de personas que prefieren la soledad a las multitudes ruidosas.

A continuación, se presentan los mitos y conceptos erróneos más comunes sobre los introvertidos, junto con su refutación detallada, que permite comprender mejor cómo percibir realmente la introversión.

 

1. El introvertido es una persona callada y tímida

A primera vista, puede parecer que a los introvertidos, en principio, no les gusta hablar o que están demasiado avergonzados como para participar abiertamente en una conversación. Sin embargo, esta es una percepción simplificada. En realidad, el introvertido se enfoca principalmente en su propia percepción de lo que sucede, es decir, está inmerso en el análisis y la reflexión sobre el mundo exterior, en lugar de preocuparse por cómo lo evalúan los demás.

Si el tema discutido en una compañía no le interesa mucho al introvertido o cree que su opinión no encontrará eco, puede preferir quedarse en silencio o hablar de forma breve y concisa. Sin embargo, si la conversación toca sus intereses personales, el introvertido se abre fácilmente y puede hablar durante horas sobre el tema que realmente le apasiona.

De esta manera, un introvertido puede ser un excelente interlocutor si siente que sus ideas y opiniones son importantes e interesantes para los demás.

 

2. El introvertido es grosero y apático

Es posible encontrarse con situaciones en las que un introvertido muestra una total falta de voluntad para comunicarse con cierto interlocutor o parece estar de mal humor e irritado. Algunos pueden interpretar esto como una muestra de grosería o indiferencia. Pero hay que entender que el introvertido no tiende a mantener una conversación «solo por cortesía» y no construirá relaciones solo por formalidades.

Si una persona es introvertida, desea comunicarse solo con quienes le resultan sinceramente simpáticos o interesantes. Ante la falta de comprensión mutua o un diálogo constructivo, el introvertido puede cerrarse o incluso interrumpir la comunicación de forma demostrativa.

No obstante, el introvertido entiende perfectamente las normas sociales y puede ser cortés y educado si tiene sentido hacerlo. Pero si siente falsedad o coerción, preferirá un comportamiento «incorrecto» desde el punto de vista de la etiqueta convencional, en lugar de una interacción forzada e incómoda.

Hecho interesante

Los psicólogos señalan que los introvertidos a menudo tienen una empatía elevada, ya que analizan profundamente los sentimientos y motivos de las personas que realmente les importan. La supuesta grosería suele estar relacionada con un intento de proteger su comodidad y límites personales.

 

3. El introvertido siempre prefiere estar solo

Existe el estereotipo común de que el introvertido busca literalmente estar solo todo el tiempo y que cualquier compañía le resulta insoportable. En realidad, el introvertido no es tanto que quiera estar solo, sino que no siente incomodidad psicológica al estar consigo mismo. Puede pasar días o incluso semanas en un ambiente tranquilo sin sentir que está perdiéndose algo en la vida.

El introvertido es extremadamente selectivo al elegir amigos: no le interesa gastar energía en relaciones superficiales o conexiones «solo por estatus». Sin embargo, esto no significa que no tenga amigos o que evite todas las relaciones. Por el contrario, si confía en una persona, en esa relación muestra una gran sensibilidad y sinceridad.

La principal característica de la amistad con un introvertido es el alto nivel de profundidad y confianza en las relaciones, en lugar de la cantidad de conocidos. Aunque generalmente tiene pocos amigos, estas relaciones pueden durar décadas.

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4. El introvertido no sabe relajarse y disfrutar de la vida

A menudo, las personas evalúan la capacidad de otros para descansar solo desde su propia perspectiva: por ejemplo, para un extrovertido, relajarse puede significar ir a un club, asistir a una fiesta corporativa o disfrutar de actividades dinámicas en compañía ruidosa. Sin embargo, el introvertido realmente sabe relajarse, solo que necesita condiciones diferentes para ello.

Los introvertidos pueden sumergirse en la lectura de un libro, dedicarse a la creatividad, dar un paseo en solitario por el parque o salir a la naturaleza para reflexionar sobre nuevas ideas y disfrutar del silencio. Todo esto les ayuda no solo a recuperarse, sino también a encontrar inspiración.

Los introvertidos son más sensibles al ambiente emocional y prefieren lugares donde no haya música alta, bullicio y grandes multitudes. Esto no significa que no les guste «divertirse»; simplemente su concepto de diversión puede diferir considerablemente del predominante en la cultura de masas.

 

5. La multitud causa miedo al introvertido

Se cree que los introvertidos literalmente sienten miedo al ver grandes multitudes de personas. En realidad, no se trata tanto de una fobia, sino de un malestar específico relacionado con el hecho de que, ante una intensa estimulación externa (conversaciones ruidosas, ruido, bullicio, rostros desconocidos), se cansan emocionalmente más rápido.

El miedo a la multitud (agorafobia) es un trastorno mental grave que no está directamente relacionado con la introversión como tal. Los introvertidos simplemente se agotan más rápido al estar en un espacio con muchas personas y prefieren un ambiente más tranquilo.

Ejemplos de introvertidos exitosos

Existen muchas figuras públicas que los especialistas clasifican como típicos introvertidos. Por ejemplo, se menciona a Bill Gates, capaz de hablar ante enormes audiencias, o al famoso director Alfred Hitchcock, quien era extremadamente reservado en la vida pero creaba películas increíblemente emocionales. También se puede incluir en este grupo al presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln y a los actores Clint Eastwood, Harrison Ford, así como a la actriz Michelle Pfeiffer. Todos ellos lograron destacar en profesiones que requieren una gran actividad social, a pesar de su naturaleza introvertida.

 

6. El introvertido tiende a las rarezas y excentricidades

A menudo, se atribuye a los introvertidos un comportamiento excéntrico o una excesiva introversión que raya en lo inusual o incluso extraño. En realidad, los introvertidos, por supuesto, tienen sus peculiaridades en la forma de vestir, escuchar música o decorar su hogar, pero esto es más una cuestión de gusto personal que una muestra de excentricidad.

En la mayoría de los casos, los introvertidos están profundamente inmersos en sus propios pensamientos, planes e imaginación. A menudo les resulta más interesante resolver problemas intelectuales o dedicarse a la creatividad que adaptarse a las tendencias cambiantes.

Muchos introvertidos prefieren colores tranquilos, ropa cómoda y diseños minimalistas en el hogar porque esto refleja su sensación interna de comodidad.

Hecho interesante

Entre los escritores y artistas famosos de siglos pasados, a menudo había personalidades con fuertes rasgos de introversión que podían aislarse en talleres o despachos, trabajando en obras que luego se convirtieron en clásicos del arte y la literatura. Su «reclusión» se explicaba por la necesidad de concentración, no por un deseo de parecer o ser «extraños».

 

7. Si quiere, un introvertido puede convertirse en extrovertido

Quizás este sea uno de los mitos más extendidos sobre los introvertidos. En realidad, la introversión es una característica innata de la personalidad, relacionada con particularidades de la psicología e incluso de la fisiología (por ejemplo, la forma en que una persona procesa estímulos externos).

Con el tiempo, el introvertido puede aprender a adaptarse a las exigencias sociales, asistir a eventos públicos y comportarse con más confianza, pero esto no significa que internamente experimente las mismas sensaciones que un extrovertido. A menudo, estas personas simplemente activan un «modo de interacción social», tras el cual necesitan tiempo para recuperarse.

Viviendo en una sociedad que se orienta principalmente hacia los extrovertidos, muchos introvertidos comienzan a «entrenar» activamente habilidades sociales para evitar malentendidos o juicios constantes. Sin embargo, su esencia interna permanece igual. Por eso, algunas figuras públicas desarrollan con el tiempo su propia estrategia de comportamiento: pueden ser sonrientes, diplomáticas y comunicarse «por necesidad», pero seguir siendo introvertidas en lo más profundo de su ser.

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La introversión no es una patología ni una desviación, sino una de las variantes naturales de la personalidad humana. Desde el punto de vista de las teorías psicológicas modernas (por ejemplo, la teoría de C. G. Jung o el modelo de los «cinco grandes» rasgos de personalidad), cada persona combina tendencias introvertidas y extrovertidas en ciertas proporciones. Las circunstancias externas, la educación y la cultura influyen adicionalmente en qué aspecto de la personalidad se manifiesta más claramente.

Si se encuentra con alguien con rasgos de introversión pronunciados, lo mejor que puede hacer es mostrar comprensión y darle espacio para expresarse en el formato que le resulte cómodo. Intentar forzar una conversación o «hacer que se abra» probablemente solo generará más tensión o una sensación de incomodidad. Respetar los límites personales y los intereses del interlocutor contribuye a una interacción más productiva y armoniosa. Después de todo, en la diversidad de tipos de personalidad y enfoques de la vida se esconde un gran potencial para el enriquecimiento mutuo.

Los introvertidos pueden aportar al colectivo soluciones reflexivas, ideas originales y un apoyo emocional profundo, mientras que los extrovertidos inspiran con su energía y su habilidad para establecer conexiones. Solo al reconocer el valor de ambos tipos, la sociedad se vuelve más armoniosa y las personas más felices y exitosas.

 

Introvertidos contra extrovertidos: ¿cómo compararlos?

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Introvertidos y extrovertidos

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