La reducción periódica del deseo sexual o la insatisfacción con los contactos sexuales es familiar para muchas personas. Sin embargo, cuando esto ocurre regularmente, es importante pensar en su salud.
A menudo, las personas prefieren no buscar ayuda de especialistas en cuestiones delicadas, esperando que el problema se resuelva por sí solo o que puedan manejarlo por su cuenta. Este enfoque es fundamentalmente incorrecto: la reducción del deseo sexual generalmente tiene causas fisiológicas reales, algunas de las cuales requieren intervención de especialistas.
En este artículo, examinaremos los factores principales que pueden afectar negativamente la actividad sexual.
1. Tensión nerviosa constante
El estrés crónico y la depresión son algunas de las principales causas de la reducción del deseo sexual. Las personas que sufren de estas condiciones a menudo tienen dificultades para comunicarse y un libido reducido. La baja autoestima, la insatisfacción con la apariencia o el grado de realización social también pueden llevar a problemas en la vida sexual. Estas personas a menudo se sienten indignas de atención y temen ser rechazadas, lo que crea barreras para los contactos sexuales.
Además, el alto nivel de estrés relacionado con la necesidad de mantener constantemente el estatus social alcanzado también afecta negativamente al libido. El cuerpo se ve obligado a trabajar en modo de altos niveles de cortisol y adrenalina, lo que deprime la función de las glándulas sexuales y reduce el nivel de testosterona, que es responsable del deseo sexual.
2. Deshidratación del cuerpo
La falta de agua en el cuerpo afecta negativamente a todos sus sistemas. En las mujeres, especialmente, las membranas mucosas sufren, lo que hace que el acto sexual sea doloroso debido a la sequedad vaginal. En los hombres, la deshidratación lleva a una disminución del volumen de sangre, reducción del flujo sanguíneo y, como consecuencia, a una erección debilitada. Además, la falta constante de líquido puede causar un aumento de la presión arterial, dolores de cabeza y fatiga general, lo que tampoco contribuye a una vida sexual activa.
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3. Falta de sueño
La falta crónica de sueño es uno de los problemas comunes de la sociedad moderna. La incapacidad de descansar completamente por la noche aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud graves. La fatiga constante, el aumento del nivel de cortisol y la reducción de la producción de hormonas sexuales afectan negativamente al libido. Los hombres que sufren de apnea o ronquidos a menudo experimentan disfunción eréctil en comparación con aquellos que duermen lo suficiente.
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4. Uso de medicamentos
Algunos medicamentos pueden reducir significativamente el deseo sexual y la calidad de la vida sexual. Estos incluyen neurolépticos, antidepresivos, tranquilizantes, somníferos, medicamentos para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, fármacos antituberculosos, antihipertensivos y muchos otros.
El impacto negativo en el libido a menudo se observa con el uso prolongado de estos medicamentos, y la reacción a ellos es individual. En tales casos, los médicos pueden elegir métodos alternativos de tratamiento que no tengan este efecto secundario.
5. Uso de anticonceptivos hormonales
Aunque los anticonceptivos orales modernos generalmente no indican la reducción del libido como un efecto secundario, muchas mujeres se quejan de una disminución del deseo sexual cuando los toman.
Las hormonas artificiales pueden cambiar el equilibrio hormonal, y la recuperación del libido después de dejar los anticonceptivos puede llevar varios meses o incluso hasta un año. Por lo tanto, la elección de tales medios debe ser realizada por un médico teniendo en cuenta las características individuales de la paciente.
6. Sobrepeso
El sobrepeso afecta negativamente la vida sexual tanto psicológica como fisiológicamente. En los hombres, la obesidad reduce los niveles de testosterona, lo que aumenta el riesgo de impotencia. En las mujeres, el sobrepeso a menudo causa congestión en la pelvis y trastornos hormonales. Esto puede llevar a una disminución de la sensibilidad vaginal, anorgasmia y frigidez.
Las personas con sobrepeso también enfrentan limitaciones en la elección de posiciones durante el acto sexual y molestias físicas como dificultad para respirar y arritmias, lo que reduce la satisfacción con el sexo.
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7. Tabaquismo
Los productos de la combustión del tabaco reducen la oxigenación de la sangre, ralentizan el flujo sanguíneo y constriñen los vasos. Los fumadores a menudo tienen problemas con el suministro de sangre a los órganos sexuales, lo que en los hombres se manifiesta como dificultades con la erección y en las mujeres como una disminución de la sensibilidad. Fumar es uno de los hábitos más perjudiciales que afectan negativamente el deseo sexual y la calidad de la vida sexual.
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Todos los factores discutidos actúan individualmente, y en cada caso particular puede haber excepciones. Sin embargo, para mantener una vida sexual normal, la mayoría de las personas debe seguir un régimen diario, alimentarse adecuadamente, evitar malos hábitos y buscar atención médica a tiempo cuando surgen problemas. La automedicación y la ignorancia de los síntomas solo pueden empeorar la situación, por lo que es importante buscar ayuda calificada.
Para una vida sexual normal es necesario tener en cuenta todos los factores mencionados y trabajar en mejorar el estado general de salud. Seguir un régimen diario razonable, alimentarse correctamente, evitar malos hábitos y buscar atención médica a tiempo cuando surgen problemas ayudará a mantener la salud y el deseo sexual a un alto nivel.
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